jueves, 22 de julio de 2010

maricas

Por falta de público, Pepito Cibrián se vió obligado a expresarse en el Congreso. Justo cuando iba a decir su discurso, el espiritu de Ana María Campoy lo poseyó, se le metió en el cuerpo, y dio unas memorables palabras desde ultratumba, asombroso.

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